Tú demasiadas veces tú
¿No lo hemos intentando todos los poetas?
Que mi palabras de amor conquisten
que sean anclas para el barco de tu belleza
siempre peregrina, belleza de postal
deleitarlas para que se queden
para hacernos brillar por dentro
¿No lo intento yo ahora?
decir tu nombre, apuntar todas mis flores hacia tu rostro
todas las que he escrito, todas para ti
que las leas con la profunda convicción de poseerlas
de merecer cada una de ellas
para no ser un espectador más
para ser el artista que toca tu rostro como director a una orquesta
Palabras sucias, con intención, egoístas
un dueño de museo cuya única exposición faltante eres Tú
irremediablemente quebrado de poesía
pobre vagabundo sin más capital que versos sin rima
puras monedas gastadas una y otra vez,
de marcas desvanecidas
cuya suavidad dura, metálica es insuficiente para pagar tu compañía
No es amor sino frustración quien escribe
mi vieja compañera de cadenas muy cortas
la que me deja siempre manos abiertas arriba
buscando tocarte con las muñecas sangrando
grilletes de mi propio claustro
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