Supremasía de la razón
Se es ser humano, se es debil, se es finito.
La razón es una aplanadora de bosques, no quema lento como el dolor, la razón es implacable, inalterable, exacta, finita, es el arma de elección de los infinitos.
La razón es un invento de los hombres, que cuando la usan con reglas, cuando se siguen las reglas de combate, cuando los hombre se juntan en Viena y dicen, no usaremos lanzallamas ni gas mostaza, los prisioneros de guerra tienen derechos, peleemos honrando estas reglas para nunca perder la dignidad, esta nunca se nos será negada, siguiendo las reglas.
Estas reglas no son cuestionadas, existen, para todas las situaciones, hay reglas para todos los casos, que en su naturaleza incluyen sus derivados. Escuadras perfectamente afiladas hasta el último átomo en orden, sin huecos para la duda, modus tollendo tollens, si A entonces B, No B, por lo tanto no A. Asi son ellas, asi es la razón, predecible, exacta. En los hombres ordenados, son aplanadoras, son flechas que nunca pierde su verticalidad,.
El que se enorgullece de saber lo que quiere, no se equivoca, pero entiende que vive a medio camino entre los gusanos y el infinitos, estando más cerca de los primeros hay usar pala fuerte de metal para cubrirlos de tierra negra, estando más cerca del vacío hay que mirar al frente siempre al frente, nunca al pecho, conservar los ojos llenos de horizonte, fuego de la nada que con su imponente perfección quema las retinas, lo cubre todo de seguridad absoluta, es la piedra de la existencia, el refugio de los que habiéndose descontroladamente entregado al lodo, necesitan limpieza para empezar un nuevo día.
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