Honestidad

Quiero ser un malagradecido con las palabras porque aunque me han servido bien, inflaman fuegos inexistentes, manchan la pureza de la verdad inexplorada, ahogan pasiones reales con sus tintes culturales, desgastan lo que tocan como un cincel rompiendo el angel dentro del bloque de granito que solo el maestro puede liberar y los demás tenemos que provocar con cortesanos ensayos.
  Inexpertos con fuerza en el trazo dándole al aire con determinación,  nos basta para colorear cuales gotas artificiales sobre agua limpia, destilando un poco de voluntad pura, para volver las más blancas intenciones un brebaje de brujo malvado, de hechicero que desea, de consejero real con lengua de serpiente.
Prevenirse con estas advertencias, revelaciones innegables, que si hablan de un hambre insatisfecha a veces de salud a veces de gris en la mirada, a veces de sonrisas y besos. Cosas de hombres, no de dioses, ni musas, ni espíritus románticos. Partes de un acto de la obra, partes de mi inspiradas en ti.