64 y medio

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I
Intentaré traducir la sensación de profundidad oscura enmieladora que envuelve los brazos y la espalda alrededor de una be de aires embriagadores vuelto relámpago el momento, preludio de la tormenta dentro del pecho.

Es una luna de un rojo tan intenso que es blanco y de un blanco tan oscuro que es tu y que soy yo un instante.

Aun el valle que vibra verde por otros marzos está en mi calendario, en el que cada día es hambre de mas manzanas y es la sed negada de menos borracheras que tensan mis suspiros distanciados, los que producen el baile de las flores que enmarcan los bocetos entre la leche bendita bajo las cortinas negras mas juguetonas jamás registradas en la biblia de los pays azucarados que guardo oculta entre mis placeres culposos.
No se que es dolor frente a la vida perdida culpable ella de negarme la despreciable saciedad.
Dadme un punto de apoyo con el que apalancar mis palabras oh escurridiza mirada y asi mover el mundo. Quiero guardar las 3 memorias congelandolas en caramelo eterno inmune a las moscas, debí estudiar para trabajar en ingenio azucarero que me entrene las manos para exprimir de la dureza natural un polvo fino de fácil consumo para el que me lea.

II
Antes de elevar el arco de los quejumbrosos
antes de perdonar al infinito el estar aquí
mucho antes de ser perversamente real
un verbo después y dos adjetivos innecesarios
ahí entre el no se quien soy y el ya no se como volver a serlo
está el hilo traicionero que jala los corazones
el encanto ajeno de la desdicha de ser humano
en el corte hecho por las miradas al dia
ahí está la vida al ser vida y el agua al ser cascada incontenible

Todo por la que ha hecho un arte el perder la mirada donde a mi no me incumbe.

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