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Y platico con los que se integran al mundo laboral y una tendencia brilla:
Nunca fué mio el espíritu competitivo, en el otro lado, si el espiritu creativo. Lástima que los genes primitivos de la gente los llamen a buscar un lider cazador que guie la muerte del mamut, en mi mundo futuro la mentalidad de colmena liderea los proyectos. Así con estos ojos veo a los que se hablan a si mismos alabando su superioridad por sobre los demás, sin proposito trascendental, por el puro placer animal de saberse mas cerca del jefe cazador que los demás, así como los monos pero con dinero. Los grupos ideales existen donde las personas casi no son personas y son sus mejores habilidades y cualidades, como siempre la verdad con mas aire de sabiduria es una contradicción: los grupos humanos que mas nos engrandecen como especie son los que menos se parecen al común de la especie.
En la práctica, la individualidad de algunos es necesaria y es buena para la humanidad cuando su ejemplo inspira a los seguidores de espíritu a sobrepasar sus capacidades actuales, y en la práctica de nuevo: esta individualidad raramente produce esos efectos deseados en los que le rodean, lo que sucede es que ese individuo las mas de las veces es ignorado y las menos es seguido por un grupo niche que ya pensaba como el de cualquier manera, dejando así un efecto neto nulo en su balance de bondades al porvenir, siendo mas bien solo una estadística en los consumos de las bondades de la naturaleza, diminuto daño a cambio de pasar invisible a la historia, ahora suma estas individualidades y dales la variedad que producen las sociedades actuales y tienes el estado actual de ingratitud a lo que esté fuera de uno mismo con el que está intoxicada mi generación.